Nuestra vida se torna más aburrida, nos desconcentramos fácilmente, hay desinterés por actividades que antes disfrutábamos, olvidamos cosas frecuentemente y tenemos recuerdos de esa persona a menudo. Sentimos un vacío que creemos, sólo se puede llenar con el regreso de aquel ser a quien amamos, buscamos alguna señal que nos demuestre que esa persona se siente igual y al no encontrar ese indicio finalmente terminamos sintiendo ira.

 

Transcurre el tiempo y con él, la incertidumbre de no saber si esta pérdida será temporal o definitiva. Su ausencia es más dolorosa cada día y se hace presente el sentimiento de culpa al recordar ciertos episodios de nuestra historia, alguna falla que tal vez alejó a la persona amada de nuestro lado. En ese momento sentimos la necesidad de buscarlo para reparar el daño, pero nuestro orgullo nos lo impide. 

Nuestras esperanzas se vuelven cada vez más frágiles con el paso de los días, ninguno de los dos hace nada por enmendar la situación y terminamos entendiendo que mientras sigamos esperando que en algún momento regrese, no podremos continuar.  Aceptando que todo acabó, dejamos las cosas como están y nos consolamos con el famoso dicho de “por algo pasan las cosas, tal vez sólo fue una parte de mi historia”.

 

Pese a las lágrimas, al abandono y a la multitud de sentimientos encontrados que nos desestabiliza, tomamos la decisión de continuar, diciéndonos que no podemos quedarnos estancados en el pasado y debemos superar aquella ruptura tan dolorosa. Es tiempo de liberarse, de dejar ese episodio atrás.

Buscamos apoyo de familiares y seres queridos, buscamos distraernos realizando actividades que habíamos dejado a un lado, nos involucramos con nuevas personas, empezamos a dejar de pensar en nuestra ex pareja y lo más importante, muchos hacemos una transformación tan grande y una superación tan definitiva, que se nota físicamente.   

Con el paso de los días la tristeza tiende a ir desapareciendo, entendemos lo valiosas que somos, lo fuertes que llegamos a ser al superar cualquier situación.  Finalmente, estamos listas y enfocadas en nosotras mismas sabiendo manejar la ruptura de forma positiva, porque cada experiencia es crecimiento personal.
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