En pleno siglo XXI donde lo digital mueve al mundo, en el norte de Bogotá existe una librería de aspecto medieval llamada Wilborada 1047. Esta casona de tres pisos conectados por unas luces que caen del último al primero, especializada en literatura y pensamiento, cuenta además con uno de los mejores cafés de la ciudad en su interior. En la entrada se encuentra una medalla grabada con la frase “Botánica para el alma”, en griego. 

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Su arquitectura externa se encuentra intacta, el interior fue adecuado como librería por el arquitecto Alejandro Henríquez quien logró convertir los espacios en lo que Yolanda tenía en mente, sin dañar ni un poco la esencia tradicional que aún conserva la casa.

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Wilborada 1047 abrió sus puertas el 23 de Octubre de 2014, gracias a la gestión de su fundadora Yolanda Auza, ingeniera de sistemas, ex gerente general de Unisys en Colombia y una excelente lectora amante de la literatura. El proyecto inicia en la mente de Yolanda al pensionarse, “Yolanda quería hacer algo completamente diferente a lo que había hecho durante toda su vida, además de que quería que fuera un espacio poco convencional, diferente a todas la librerías que hay en Bogotá”, dice Daniel, librero en Wilborada 1047.

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El nombre surge de una forma casi mágica. Cuando su dueña logró concretar la compra de la casa, quería que esta tuviese un nombre medieval e inició su búsqueda; el número de la casa es 10 - 47, Yolanda investigó que sucesos históricos habían transcurrido en el año 1047 y se encontró con que ese era el año de canonización de “Wilborada” Santa patrona de los libreros,  bibliotecarios y bibliófilos.

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Aparte de contar con uno de los mejores cafés de la ciudad, Wilborada tiene una amplia selección de libros para todos los gustos, edades y géneros; ofrece también  a sus clientes una interesante agenda de eventos culturales alrededor del libro, todos ellos de entrada libre. Desde febrero hasta noviembre se realizan al menos tres eventos por semana,  entre los que se encuentran: clubes de lectura, tertulias, presentaciones de libros, lectura para niños todos los sábados, e intercambio de libros el último domingo de cada mes.

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El tema financiero no es algo que le preocupe a Yolanda, sin embargo, para que siga funcionando es necesario prestar atención a este tema ya que esta librería, vende entre 1.000 y 1.500 libros mensuales y esto es suficiente para mantenerse y cumplirle a sus clientes con un excelente servicio y una magnifica agenda cultural.

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Este es el momento en el que muchas personas cuestionan por qué Yolanda, con una profesión tan distante de las artes, hoy sea dueña de tan magnífico rincón.  Camilo, cajero en la librería,  comenta  que todas las personas deberían practicar otra cosa distinta a lo que se dedican, ya que por lo general suelen ser las más aplicadas, tanto en lo que hacen como en el hobbie que eligen. Sin embargo, todos aquellos que trabajan en Wilborada se caracterizan por tener profesiones que tienen afinidad con las artes y en las que aprenden el amor por la literatura.

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¿Qué es lo mejor de trabaja en una librería?

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-Camilo: Los compañeros, a todos nos encanta la literatura y tenemos discusiones bastante interesantes sobre algunos libros. Yo trabajé en otra librería con personas que les daba lo mismo vender un libro que un pedazo de carne.

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-Juan David: Los compañeros y los clubes, siempre aprendemos cosas interesantes el uno del otro; por ejemplo yo ahora llevo el club femenino y he aprendido cosas muy interesantes porque era una literatura que no había tocado antes.

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-Daniel: Estar rodeado de libros y los compañeros, es como si a ti te gustara el chocolate y trabajaras en una chocolatería.

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